PSICONEUROEDUCACIÓN PARA PADRES Y CUIDADORES
"Con cada experiencia positiva de resolución de problemas que le damos a nuestros hijos, construimos un almacén de experiencias a las que pueden recurrir para resolver el problema siguiente" (Shapiro, 2003).

Contribuir positivamente a la educación de los niños es un desafío para cualquier padre o cuidador. Existen diferentes tipos de necesidades: las fisiológicas, las cognitivas, las sociales, las relacionadas con valores y las afectivas. Todas ellas necesarias para un buen desarrollo.
Tenemos la suerte de vivir en una época en la que el desarrollo de la neurología en particular la neurociencia cognitiva, nos ha permitido estudiar un poco el funcionamiento del cerebro en relación con los procesos de aprendizaje, y a partir de ahí, tenemos datos para vincular los procesos mentales que tienen lugar en las experiencias en la infancia, con la anatomía cerebral.
Nuestros genes determinan cómo será nuestro cerebro fisiológicamente, pero los procesos que ocurren en nuestros cerebros no están completamente determinados por nuestra información genética. Estos procesos mentales y funciones psíquicas están influenciados por el entorno que nos rodea desde que nacemos hasta que somos adultos. Cuando hablamos del medio ambiente, nos referimos a las relaciones con las personas con las que tenemos contacto i los estímulos que recibimos desde que nacemos
Podríamos decir que el medio ambiente moldea nuestros cerebros.
En aquellos casos en los que el entorno es favorable, es una gran ventaja, ya que el medio ambiente ayudará a crecer. Desafortunadamente también puede suceder que el medio ambiente no sea favorable y las necesidades de los niños para crecer no se satisfagan, en este caso, es posible que el resultado sea sintomatología relacionada con trastornos mentales.
Cuando son bebés, el medio ambiente se delimita a los padres de la familia principalmente, entonces a medida que crece se amplia a la guarderia, la escuela y la socialización. Todas estas relaciones pueden dejar huella en el cerebro del bebé o del niño.
La información sobre las necesidades de los niños puede ser valiosa para los padres, cuidadores y familiares, ya que puede ayudar a entender algunos de los comportamientos de los niños y puede ayudar a proporcionar una educación completa con la que sus hijos se sientan lo suficientemente cuidados y seguros, preparándolos para afrentar nuevas experiencias y ir descubriendo el mundo.
